ENAMORARSE

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ENAMORARSe
Y un día,
sin saber muy bien por qué
ni por qué no,
llega a tu corazón
esa flecha que te atrapa.
Esa flecha
puede ser una mirada,
una sonrisa,
una palabra que te hipnotiza
y te hace sentir raro.
Como si todo lo que pisabas
temblara de un plumazo
y parece como si volaras.
Te pones a reír
y sueñas que eres un niño,
incluso hablas
como si te estuvieran dando mimos
y te sientes flotar.
Es algo distinto a la realidad,
es como estar metido en un globo,
protegido de cualquier mal.
Quieres dar besos a todo el mundo.
Y ese día, ése,
ves corazones latiendo
a tu alrededor
y el tuyo se oye latir
como un tambor de felicidad.
 
 
COMUNERO

DESEO Y PASION

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DESEO Y PASION

(Dos octavas reales)

 

Soy deseo y pasión, amor y fuego,

ensoñador de predios imposibles;

Robaré tu reposo y tu sosiego

despertando deseos invencibles.

Amor, al poseerte, -con mi juego

de dúctil rigidez- los intangibles

volcanes de placer en tus entrañas

llenan de dulce néctar tus montañas.

 

No me dejas sentido ni cordura.

Enajenas prejuicios, formulismo,

me llevas del respeto a la locura.

Descendemos del cielo hasta el abismo

abrazados en mieles de ternura

disfrutando de tórrido adanismo.

Mi lengua entre lo cóncavo y convexo

va trazando caminos a tu sexo.

 

J.G.S (Madrigal)

MUJER DORMIDA

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MUJER DORMIDA

En su cara la nostalgia es un pozo de caricias.
Las suaves brisas del pelo rozan su frente y sus hombros
y la sierra que cruza su espalda.
Resuenan tambores de guerra cuando yo la miro sin decir nada
y la cama donde respira se enternece como una pluma
adornándola de nubes, de lluvia,
de besos que se derraman
enfrentándola a manadas de lobos que suben y bajan
erizando su vello, musitando palabras.

Corre el tiempo, vuela, se para,
se abre camino entre las sombras
soy su fantasma, su gigante, su capricho,
el duende de sus mañanas,
el ladrón de sus sueños, el pecado, el infierno,
un milagro, las puertas abiertas del cielo,
su lámpara mágica.

Sueña en ríos de aguas turbuletas, bravas,
con un pez, con un oso,
con un rey que la mima, como el ángel de la guarda.
Y se siente flotar, es una flor de papel,
ligera, quebradiza, armoniosa, rara.

Su noche se enciende, el mundo…
se apaga.

COMUNERO

LA VIEJA FUENTE

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LA VIEJA FUENTE

 

Camino de los huertos y las eras,

lugar de tiernas citas, al relente,

de chismes y tertulias referente,

está la vieja fuente, en las afueras.

 

En torno, algún nogal y dos higueras

con bancos, que labrados toscamente,

testigos son del fuego improcedente,

que brotará al hacer, amor esperas.

 

Tan solo queda de su antigua gloria

el tosco lavadero. En sus gastadas

y lisas piedras, queda la memoria

 

de manos maternales, delicadas,

al duro oficio de escribir su historia,

sin brillo y mucho amor, sacrificadas.

 

Jesús Gutiérrez (Madrigal)

Ese hilo rojo invisible,,,,,

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Existe una leyenda que dice que dos personas están unidas por un hilo rojo invisible

y pase lo que pase en sus vidas,siempre terminarán encontrándose

Unos lo llaman hilo invisible,otros destino,otros casualidad,,,

pero su verdad es que a pesar del tiempo,la distancia y los obstáculos

ésas dos personas se encontrarán,,,,

y  eso me lleva  pensar en lo fuerte que es ése hilo que nos une a ti y a mí.

Tal vez el precio que debamos pagar para fortalecer ése hilo invisible

sean lágrimas,esperas,distancias,dudas,,,,

Pero ése hilo,a pesar de las veces que se enreda

siempre vuelve a su sitio y,,,por algo será no crees?

Esos nudos son nuestros obstáculos pero,,,,

los sentimientos son más fuertes que ésos nudos

y así continúa nuestro hilo rojo invisible su camino

porque es más fuerte lo que nos une

que lo que nos separa,,,

 

 

 

 

 

 

Y ella se quedó sin saber,,,,,

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Ella le amaba,como nunca pensó que lo haría

y creía que él sentía lo mismo

pero no era así,él la hería

la hería con sus mentiras,con sus sentimientos fingidos

haciéndola sentir especial,cuando no era más que una historia de amor no correspondido.

Ella decidida a amarle,a pesar de todo lo que les distanciaba

porque tenía mucho amor para darle

y podía más éso que las dudas que,a veces,la acorazaba.

Y,entonces, ésas dudas un día resultaron reales

nada era lo que parecía y todo fué hiriéndola como con puñales

Y hubo un tiempo de dolor,de lágrimas,,,,demasiado tiempo

hasta que decidió seguir adelante y olvidar todo sentimiento

pero,,,,ella se quedó sin saber

por qué tanta mentira,por qué tanto fingir querer.

Ahora, cada uno por su lado, aprenderá la lección

ella,que no se puede entregar así el corazón

él,,,,,tal vez la aprenda,cuando ame deverdad, lo que es dar sin recibir

Y ella sin quedó sin saber,,,,,por qué

EL CUENTACUENTOS

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EL CUENTACUENTOS

Hacía tiempo que no hablaba
ni conocía nada de ellos.
Sabía que me miraban
y que escuchaban
las palabras que yo decía
cuando estábamos sentados
en la puerta de mi casa.
Recuerdo que yo miraba
las caras que se reunían
y, expectantes y calladas,
las personitas que allí estaban
en sus ojos adivinaba
el suspense que yo dejaba
cuando leía.
Por no distraerme
yo seguía mi lectura.
Algunos preguntaban,
y, otros, con un dedo en la boca
parecía que pedían
silencio, que se callaran.
Era un grupito de niños
embelesados.
La historia o el cuento
se iba haciendo intenso
cuando el protagonista se veía acorralado.
Era divertido verles allí
reunidos, pegados hombro con hombro,
cautivados por mi voz de narrador
cuando soltaba un grito, o un susurro, o…
o miraba fíjamente a uno que estaba despistado.
“… La cueva se oscurecía
a medida que iba entrando,
y un frío casi helador,
congelaba hasta los párpados…”
Jajaja, todos temblaban, se abrazaban,
alguno hasta sudaba de miedo o de terror.
“… De repente,… a lo lejos,…
algo brillaba…”
¿Qué era? ¿Qué era?
Preguntaban pidiendo una respuesta que yo
me demoraba o, incluso, me inventaba.
“… Parecía una espada,
pero cuanto más se acercaba,…
…Algo pasó corriendo,
como una centella.
Era la sombra de alguien,
… o de algo, uuuuhh…”
Jajaja, tosía un poco,
y sin que se dieran cuenta,
cerraba el libro y terminaba con…
CONTINUARÁ.”
Era entonces,
cuando todos se relajaban
y me preguntaban
¿No puedes seguir leyendo?
MAÑANA.
¿Un poco más, por favor?
MAÑANA.
Joooooo.
Yo creo que más de uno tuvo pesadillas
y en la cama imaginaban
las escenas que yo narré.
Al día siguiente, sus madres,
me veían en la calle
y riendo me contaban
el cuento que yo inventé
y que sus hijos repetían
como loros en sus casas.
COMUNERO

SUFRIDORES

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05 Perfect Strangers..>

SUFRIDORES:

Ver un partido de tu equipo es como ver la final de un mundial.
Tu te sientas y piensas “¿Qué harán hoy?”. Y te abres una
cerveza, una bolsa de pipas y miras el movimiento del balón.

Los jugadores que corren, corren con todas sus ganas. Son
máquinas que quieren dominar la situación. Chocan, caen, regañan
con el árbitro, se llevan una tarjeta, no hacen ni caso.

Sigues mirando y te ríes. ¿Cómo puede ser que no hayan metido
ese gol? O ¿Cómo puede ser que lo pierdan cuando no hay
ningún defensa detrás? Menos mal que tenemos al portero. Si,
menos mal.

Y es que el portero es de lo más inverosímil. Te hace unas
paradas que no las hace nadie. Se enfrenta a los delanteros
como si fuera un muro. Y sin embargo, en una falta tonta, de
esas que un niño de la escuela tira, se queda mirando el balón
como si fuera la puesta de sol, y lo deja correr sin hacer nada.

¡¡¡Gooooool!!! De los contrarios. Sudores. Maldiciones. La
defensa que no vale para nada. Anda que la delantera… Madre
mía, que metan uno, solo uno. Un golito por el amor de Dios.

Y van pasando los minutos. Y van pasando las oportunidades. y
ves que los contrarios se hacen dueños de la situación. Y éstos
mirando el balón y sin saber si lo que hay que hacer es meter un
gol o esperar a que no lo metan los otros.

Y cuando faltan tres o cuatro minutos para que termine el
partido y ya están en los minutos de descuento, zas, el primer
gol de tu equipo. ¡¡¡Gooool!!! No te lo crees. ¡¡¡Goooool!!! Parece un
espejismo pero es cierto, el letrero luminoso de la parte alta
del graderío resalta el gol. Parece como si se abrieran las
puertas del cielo, como si un rayo de luz iluminara el campo.

Tu respiras. Bueno, aunque no sea más que un empate, por lo
menos es algo. Y en una de esas, un mal despeje de la defensa
va a parar al delantero que no había hecho nada en todo el
tiempo pero que en este momento tiene su punto de genialidad y
se planta de frente al portero de la otra portería.

“Lo mete, lo mete, lo va a meter, ¿lo va a meter? No, no la
mete, ¿no?” No sé cómo lo hace que saca una rabona y cuando
ya crees que todo va a ir al traste, ¡¡¡gooooooool!!!

Y sonríes, y saltas, y levantas los brazos y das un beso al que
tienes al lado, y gritas “DIOS EXISTEEEEEE”. Casi tienes
ganas de llorar. Es genial. Todo se vuelve de colores. Las nubes
se van corriendo. La cerveza que estabas tomando sabe a agua
bendita. Las pipas ocupan toda la mesa y tu te enciendes un
cigarro como si hubieras hecho el amor con la tía más buena del
mundo.

Ver un partido así es sufrir, si. Pero es también
masticar el polvo y saborear la gloria. Es… Dios, no hay
palabras.

COMUNERO

DESAMOR

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DESAMOR

Y, de repente, te das cuenta

que todo lo que ha pasado

no vale para nada

y que no hay nada

que te pueda servir.

Bueno si, piensas

que has pasado un tiempo

soñando, imaginando,

riendo y bailando,…

si, si,

bailando entre nubes

que, sin querer, se rompen

y caes.

Es una caída sin fin,

como si no terminaras nunca,

como si pensaras…

diossss, que hostia me voy a dar.

Y ves pasar recuerdos,

caras, caras amigas y caras desconocidas,

y cosas, como un cigarrillo sin acabar,

un cenicero lleno de ceniza,

una música que te llega bajito

y se va haciendo cada vez más fuerte

para terminar volviéndose un hilo.

Y cuando crees que ya llega el momento

del trompazo final,

el estacazo que estabas esperando,

la SANTA HOSTIA…

se frena todo

y te posas en el suelo como si bajaras

de la cama y te pusieras las babuchas.

 

 

COMUNERO

CAPUCCINOS

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Ya soy demasiado mayor
pero aún la recuerdo…

CAPUCCINOS

 
Demasiado mayor
me decía,
y su risa me perdía
y aunque yo ya lo sabía
seguía soñando que era mía
y viviríamos siempre juntos.
Y es que no me daba cuenta
ni quería suponerlo
que mis años
eran obstáculo
para poder seguir hablando.
Yo era joven entonces,
ella lo tenía tan claro
que por no querer hacerme daño
siempre me lo hacía.
Y quería distanciarse
cuando yo estaba a su lado.
Se apartaba cuando cogía su mano,
si quería hablarla
miraba para otro lado.
Sin embargo,
con ella estaba agusto,
la contaba mis problemas
mis sueños y mis anécdotas,
era como si escribiera
un póster de mi vida entera
mientras que ella,
callaba,
sonreía
y nunca decía
lo que sentía.
Hubo una vez,
que me acarició la cara,
y una lágrima se derramó
de aquella profunda mirada.
Su cabello ya blanqueaba
y aunque lo disimulara
sabía que los años no perdonaban
pero el corazón respondía
y los sentimientos asomaban
como asoma la curiosidad
cuando cree que no hay nada
de qué asustarse.
Seguimos viéndonos,
a las cuatro de la tarde
en el mismo restaurante,
tomando un café en aquel infinito invierno.
Si, fue por ahora,
y hacía este mismo tiempo…
La taza en sus manos
calentaba sus dedos.
Hola.
Hola.
Uff, qué frío hace,…

Si, se está mejor dentro.

COMUNERO

 

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