POBRE AMOR

No te quiero porque si,
ni porque me lo digan otros.
Te quiero porque contigo
mi vida cobra sentido
y sólo te quiero a tí.
Puede que sea un loco
y lo que diga no sea normal,
puede que entre mis sueños
la mujer que está escondida
salga de noche y decida
que la quiera así, sin más.
Y eso es tan cierto, y es tanta la verdad,
que cuando te digo TEQUIERO,
es tu cara la que veo
que me muero por besar.
¿Qué me dices?
¿Dónde vas?
Yo les sigo, cerca o lejos,
bien andando, bien corriendo,
a tus manos, sin soltar.
Y a ese vuelo de tu pelo
digo al viento que te sople,
y a la mar si se encabrita
que te mande unas chispitas
de agua salada y se cobre
del amor que a ella irrita
y a tí te hace más rica,
aunque a mí, amor,
me haga más pobre.

COMUNERO

HOY RECIBÍ
SU CARTA

Hoy recibí la carta
que de tanto esperarla
pensé
ya se habrá olvidado.
Al principio
me dio miedo
luego,
quise abrirla de inmediato,
al final,
busqué un lugar
en silencio y apartado
y, temblando
comencé a leer
eso que todos
queremos saber
y nunca
podremos olvidarlo.
Era una carta de amor,
con risas y tachaduras,
con besos en vez de puntos
y esa voz soñada y profunda.
No podía parar de leer,
quería aprenderla de memoria,
releía una y otra vez
la misma frase
como cuando estás
en una noria
y ves pasar la misma gente,
las mismas luces,
las mismas caras sonrientes
y me recordaban
aquellos gestos
aquellas miradas
y sus momentos
y las campanas
que yo oía
la vez que estuve
prendido
como un idiota
enamorado
atado a sus ojos,
a sus manos,
a su cuerpo de diosa.
Un laberinto colmado
de besos y aromas,
y de su voz entre susurros
que me decía
TE QUIEROS
nerviosa.

COMUNERO