ENCADENADA

Sosegada dentro de mis pensamientos su presencia añoro,

los momentos de placer o dolor mi mente pueblan,

y los recuerdos de Él me ciñen las cadenas.

Pero soy libre con las cadenas,

esas cadenas que envuelven mi sumisión eterna,

sumisión que hace de la relación una verdad duradera.

La verdad es mi dependencia que,

coarta mi libertad pero administra las cosas del alma,

y me encierra en mi cárcel voluntaria.

 298-11a2b_600x400

En esa cárcel en la que reina la belleza espiritual,

atemporal en el tiempo y que domina con pasión,

mi cuerpo y mi alma.

Sus deseos son mi feliz tortura,

y por mis venas fluye la necesidad de su dependencia,

para desear que con placer o dolor me someta.

Por eso dentro de mis pensamientos alimento mis sentidos,

y saboreo los deseos de ese Dios que me subyuga,

que me encadena y del cual sensual y espiritualmente dependo.