Una alergia es el proceso que se desencadena en un cuerpo cuando detecta una sustancia ajena que no es de su agrado. La nariz de tapona y comienza un molesto y continuo goteo. Los ojos se irritan y lagrimean, los pulmones dejan de funcionar correctamente y la respiración se vuelve asmática, con un silbido característico.

Aunque hay una variedad casi infinita de alergias, la mayoría de ellas podrían agruparse en tres categorías básicas: por contacto , por alimento o por inhalación. Y éstas últimas, las que aparecen como respuesta tras respirar una sustancia en el aire, son las más frecuentes. Dentro de ellas, los cuatro agentes más molestos y que más alergias provocan son: el polvo domestico, el polen del aire primaveral, la caspa del pelo de las mascotas ( fundamentalmente, perros y gatos ) y el moho de los objetos y/o alimentos.
Es curioso observar cómo el polvo doméstico, el que hay sobre cualquier mueble, en el suelo o en la mismas cama donde dormimos plácidamente a diario, se puede encontrar un poco de todo. Basta con recoger una muestra y observarla al microscopio.
Cada persona es alérgica a diferentes sustancias, pero la principal causa de dichos problemas es el ácaro del polvo. Aunque los efectos de otros insectos como la cucaracha son también muy poderosos.


Es preciso aclarar que el ácaro del polvo es un pariente casi microscópico de las garrapatas y de las arañas. Lo que ocurre es que el ácaro vivo no es el problema, ni lo que desencadena un proceso alérgico, sino la materia fecal que expele en el aire en su deambular por nuestros muebles y alfombras ( sus lugares preferidos ), así como los cuerpos ácaros muertos, que también ocasionan reacciones alérgicas.

Por lo que respecta a los otros alérgenos más frecuentes, el polen viene del exterior, es decir, está en el aire que respiramos ( sobretodo en primavera y comienzo del verano ) ; la caspa de las mascotas cae de sus cuerpos en una lluvia incesante y apenas perceptible de la piel muerta y pelos; y el moho crece donde quiera que haya oscuridad y humedad ( bajo la alfombra, en el sótano o en el cuarto de baño ). Sin embargo, no importa ante qué alérgeno te encuentres; si padeces alergia, bastará simplemente con inhalarlo para comenzar a estornudar.

¿ Qué se puede hacer ? ¿ Existe alguna manera de librarse de estos molestos inquilinos, o las personas alérgicas están condenadas de por vida a problemas respiratorios y al eterno lloriqueo ?
No te preocupes, todo tiene solución. Y tu puedes hacer mucho para reducir al mínimo el malestar que la alergia ha dado a tu vida. Las siguientes sugerencias, todas ellas probadas y recomendadas por médicos expertos en el tema, te van ayudar a superar tus problemas de alergia.

Primero tratar los síntomas.
Es inevitable cierto grado de exposición a lo que molesta. Una buena manera de asegurarse de que tus excursiones al campo sean placenteras en lugar de acabar en una pesadilla es ponerse las inyecciones antialergénicas que tu médico le prescribió, aunque no dependa siempre de ellas. También hay una amplia variedad de productos antihistamínicos que resultan muy eficaces para acabar con el goteo de la nariz y de los ojos rojos y llorosos. Pregunta en tu farmacia, te aconsejarán el más indicado para ti.
Por lo general resultan muy efectivos. No obstante, si no remite en cinco o siete

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días con la ayuda de estos productos , es mejor consultar a tu médico. Él le prescribirá un tratamiento más específico para solucionarlo.

Conecte el aire acondicionado en casa y en el coche.
Ésta es tal vez la mejor solución para resolver los problemas de polen, muy eficaz también contra mohos y ácaros del polvo.
Los aparatos de aire acondicionado pueden ayudar de dos maneras: bajando la humedad, lo que mantiene alejados a ácaros y mohos; y filtrando el aire cuando lo enfrían ( aunque para esto hay que instalar previamente un filtro ).

Compre un deshumidificador.
Mantener limpio el aire en su vivienda le ayudará en la lucha contra el polen, los ácaros y la caspa de las mascotas. Y reducir la humedad evita problemas con el moho. En realidad, a éstos nos les va muy bien con humedades inferiores al 45 % . Por tanto, cuando más seco esté el ambiente, mejor. Aunque si esto supone algún problema para niños , ancianos o cualquier persona sensible a ambientes secos, prueba de instalando un pequeño humidificador en tu habitación , cerca de la cama.

Limpie las zonas húmedas con fungicidas.
Productos como el cloro de los blanqueadores acaban fácilmente con el moho y pueden adquirirse en muchas droguerías. Lee bien la etiqueta antes de usarlo. Sirven tanto para limpiar cualquier superficie del cuarto de baño, como para todo tipos de suelos, enseres de madera y electrodomésticos.

Tu mascota, fuera del dormitorio.
Muchas personas son alérgicas a la caspa de las mascotas que conviven con ellas. La solución mas sencilla es aislar tu dormitorio, impedir que entre tu mascota y campe a sus anchas sobre la cama o en la alfombra. Basta con que entre sólo un a vez a la semana para que tu sigas teniendo alergia a su caspa.

Deshazte de tus alfombras.
Son el hogar perfecto para todos estos organismos, atraen y retienen aún más el polen y la caspa de las mascotas. En estos casos, incluso la limpieza a vapor a veces no resulta eficaz.

Usa almohadas sintéticas.
A los ácaros les gustan todas. Pero estas tienen una ventaja muy importante: se pueden lavar en agua muy caliente, que acaba con los ácaros. Otra opción es usar almohadas de látex o viscoelástica anti-ácaros.

Lava a menudo la funda del colchón.
Tus almohadas no son el único problema; los ácaros también adoran los protectores de colchón. Por eso te recomiendo que la laves al menos una vez por semana con agua bien caliente.