LAS SOMBRAS DE GREY (Octavas reales)
 

No pude, mi Anastasia, retenerte,
tú buscabas a Christiam con empeño;
él logró con la VISA sorprenderte
y cambiarte la vida por un sueño.
Yo tan solo viví para quererte
y ser de tu querer único dueño.
Cambiaste mi cariño, oro de ley,
por las sombras fantásticas de Grey.

 

No te culpo si buscas fantasía,
pasiones turbulentas y erotismo;
te mata la frugal monotonía
de amarse para hacer siempre lo mismo.
Te apasiona romper con la armonía.
Quieres llegar amando al paroxismo.
Cuando hayas satisfecho tus antojos
a mi regresarás con los despojos.

 

Pasarán esos tiempos turbulentos;
recobrarás el juicio y la cordura
y vendrás a asentar en mis cimientos
un ara la razón y la mesura.
Soldaremos con mimo los fragmentos,
con caricias y besos y ternura
y pondremos amor entre las juntas
y no temas, que nunca haré preguntas.

 

Jesús (Madrigal)