Se han hecho bastantes investigaciones y encuestas sobre este tema. Podría parecer un detalle más bien curioso o anecdótico y, sin embargo, lo real y cierto es que produce preocupaciones y problemas.

A través de estas investigaciones , puede decirse que el tamaño medio o normal del pene en estado de erección, es de unos 15 centímetros de largo y 9-11 centímetros de perímetro. Esta medida viene a ser, como decimos, la media o normal en términos estadísticos.

Conviene aclarar que el modo de tomar las medidas en cuanto se refiere a la longitud ha sido siempre partiendo del comienzo o nacimiento del pene, junto al hueso del pubis, hasta la extremidad última o final del glande.

En cuanto al grosor o circunferencia, las medidas se han tomado a dos centímetros y medio del glande, es decir, lo que puede ser considerado como el cuerpo del pene.

Suele pensarse que hay una proporción entre el pene en estado reposo y en estado de erección. Hay que tener en cuenta la dificultad de una medida exacta del pene en su estado fláccido. La razón es simple: varía según la circulación de la sangre, según el estado del mismo individuo, del calor, del frío o de su estado de ánimo. Sin embargo, en un cálculo de aproximación llevado acabo por diversas encuestas, se estima la medida normal o media del pene en reposo en unos 9 o 10 centímetros de largo y entre 7 y 9 centímetros de circunferencia.

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Alargamiento de pene y correción de curvaturas

En el asunto del tamaño del pene, como en todo, la perspectiva con que se enfoque la cuestión es lo que importa.

Por un lado, uno se puede preguntar:

¿Cuán grande ha de ser un pene para cumplir con su deber en las labores de la procreación?

¿Cómo debe ser de grueso para que la vagina de la mujer se adapte sin problemas?

¿Importa realmente el tamaño del pene?

A todas estas preguntas se puede responder de forma sencilla y rápida, diciendo que el tamaño no importa, que lo que importa es la habilidad de la persona, los sentimientos… que la vagina se adapta a cualquier tamaño porque es flexible.

Ahora, cabe preguntarse si estas respuestas resultan convincentes para quien las lea.

Muchos hombres se sienten acomplejados, o preocupados, por el tamaño de su pene, lo que repercute en la seguridad con que afrontan sus relaciones sexuales. Además, no siempre el tamaño del pene va directamente asociado al factor sexo.

Es tan fácil como repasar cuál ha sido la evolución de la estética femenina en las últimas décadas.

Los primeros implantes de silicona fueron objeto de críticas y comentarios favorables y llenaron muchas páginas en la prensa, revistas, programas de radio y televisión. Estas intervenciones han ido evolucionando hasta convertirse en un tratamiento rutinario al que se someten cientos de miles de mujeres en todo el mundo. A estos implantes hay que añadir el resto de tratamientos estéticos, desde la depilación definitiva hasta el relleno de labios.

¿A qué se debe este fenómeno?

Para estas preguntas no existe una sóla respuesta, como tampoco la hay para el hombre que desea agrandar su pene.

Algunas mujeres lo hacen por pura coquetería, otras porque están acomplejadas y se sienten inseguras con su físico, lo que repercute en otros muchos factores de su vida. Y están aquellas que, por un problema médico o, a partir de una accidente, deben recurrir a la estética.

No todas las mujeres recurren a implantes mamarios para disfrutar más en la cama o para que disfrute su pareja. Es una decisión personal en la que seguramente entre en juego la necesidad de gustarse y de gustar, el deseo de ganar en seguridad, mejorar la apariencia… incluso por razones laborales!!

En el caso del hombre y su pene, no tiene porqué ser diferente.

Un pene mayor puede resultar en una mayor confianza, lo que, en el momento de las relaciones sexuales, se traduce en una erección más fuerte y duradera. El sistema nervioso parasimpático determina el tipo de erección, y éste, a su vez, está condicionado por el entorno y por las sensaciones del hombre en el momento de mantener una relación sexual. Cuanto más favorables sean esas circunstancias, mas fácil será que el hombre tenga una erección buena y duradera. Por lo tanto, la seguridad que tenga en sí mismo es fundamental. Esa seguridad se traslada y se transmite, sin ningún tipo de duda, a otras facetas de su vida.

Afrontar una nueva relación, mostrarse desnudo en vestuarios, playas o frente a la pareja… puede generar inseguridad e incluso complejos.

Por último, están los dos extremos. Por un lado, los hombres cuyo pene no alcanza lo que se considera una medida normal (algunos deben recurrir sin remedio a la cirugía, mientras en la mayoría de los casos se soluciona ganando una par de centímetros más). Y, por otro, los hedonistas, los hombres que disfrutan cuidando de su cuerpo. Ellos nunca se preguntan si el tamaño de su pene es normal porque, aunque lo sea, siempre estarán dispuestos a mejorar la marca.