Hay momentos en los que te encuentras con gente

que sin saber su nombre ni sus ideales

parece que te abren las puertas a la sinceridad.

Y entras medio asustado,

pensando,

ojito, COMU, no digas ni una palabra menos,

ni una palabra más.

Y te vas acomodando.

Te vas sintiendo agusto.

Te vas convirtiendo

en ese libro que cuando lo abres

no sabes a dónde irá.

Y no quieres que se acabe,

y preguntas más cosas…

Y te extrañas y comentas,

y te ríes con lo que inventan.

Es como si ya les conocieras.

Como si en esta habitación

se hubiera quedado la puerta abierta

y no dejasen de pasar personas.

Jjajaja, hay veces que me doy la vuelta

y miro a ver si es verdad, jajaja.

Muchas gracias, en serio,

a todos los OPERADORES,

a todos los CHATEROS,

a aquellos que guardan silencio

por no molestar,

y a los que escribiendo

dejan parte de su alma y su amistad.

 

COMUNERO