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VEN A MI COMO AYER

Ven a mí como ayer. No más agravios.
Con un beso de amor mi boca sella,
no temas que aparezcan en mis labios
reproche, ni revancha, ni querella.

Acógeme en tus brazos. Tú me inundas
de la paz de que están tus ojos llenos.
déjame reposar en las rotundas
y mullidas almohadas de tus senos.

Hombre soy y me rindo a tus ardores,
y enlazo a tu albedrío mi albedrío,
como enlaza un matiz a dos colores,
como enlazan dos márgenes un río.

Tu amor es mi heredad y tú mi sino,
mi luz, mi sol, mi cielo, eres mi puerto;
navegar hacia ti es mi destino,
cuida de mantenerlo siempre abierto.

Y al atracar exhausto a tu costado,
cuando vibren tus centros y tus flancos,
me hundiré enfebrecido y confiado
en el abrazo de tus muslos blancos.

Madrigal